Con Argo nos han querido contar una dosis de cruda realidad casi como un pequeño cuento.
Con ideas curiosas que en un primer momento podrían parecer absurdas, con algo de sentido común, con lealtad y un poco de fe, Ben Affleck, con ese ingenio de su personaje, nos gana durante los primeros minutos de la película dotando a una tapadera, de la que dependen la vida de cinco estadounidenses, de un poco de magia que sorprendentemente te hará sonreír.
Es una mezcla curiosa pero que realmente funciona, sobre todo cuando te das cuenta de que al final de película contienes la respiración y acumulas tanta tensión en tu cuerpo como los propios protagonistas.
En mi opinión "Argo fuck yourself!", es una de las candidatas respetable a los Oscar, no es de las excepcionales, he de añadir, pero sin duda alguna es una opción a tener en cuenta.
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